La incertidumbre en el escenario de los negocios es moneda corriente, incluso se enseña métodos matemáticos y estadísticos sobre el pronóstico en distintos escenarios, la VAN la TIR, terminologías que se utilizan en la Evaluación de proyectos, para medir la rentabilidad del mismo, son herramientas que se utilizan para el análisis de crecimiento, rentabilidad y puesta en marcha de un negocio.
En la ciencia Administrativa se define un proceso donde el punto de partida es planificar, donde se definen los objetivos, lo que se quiere alcanzar en un negocio.
Sin embargo en tiempos de pandemia, los presupuestos y las planificaciones nos dejaron grandes interrogantes donde lo que se había estipulado o lo que se había planificado no se pudo cumplir debido a que cambiaron las reglas de juego, entonces surge el cuestionamiento ¿Cómo me adapto a la nueva situación? ¿Qué políticas y situaciones podrán seguir de acuerdo al plan?
Si bien en los negocios la incertidumbre y el cambio son parte del riesgo que asume aquel que invierte en una actividad, en este 2020 el aislamiento, el cierre de negocios que no eran esenciales, debieron en muchos casos cambiar el rubro, para seguir manteniendo la fuente laboral. Esto afecto no tan solo al que invirtió, sino también a sus empleados, y no hablamos solamente de negocios de grandes capitales, sino también de aquel emprendedor que se inició con su sueño en el fondo de su casa.
Después de esto la clave será la de transformarse, la de reinventarse y hacerse resilientes, donde los planes y objetivos ayudan a delinear que negocio y que riesgos se enfrentará, quizás los primeros interrogantes sean de plantearse hasta donde se dará en este negocio. El riesgo y el cambio será la única certidumbre que se tendrá. El pensar, analizar y aplicar herramientas de gestión administrativas ayuda a tener un panorama más claro, haciendo así más fácil la toma de decisión.
Varios dirán que muchos han querido y no han podido continuar con su negocio, porque tuvieron que cerrar, porque no llegaron a cubrir costos, no lo pueden seguir manteniendo o cambiar de rubro, y en eso tendrán razón. Pero ¿nos quedan más interrogantes aun?, ¿y si sigo intentando? ¿Cuál será el límite que me colocaré?
Creo que el riesgo en estos tiempos es aún mayor, no es fácil poner un sueño en marcha, pero es posible trabajar por los objetivos que tenemos en la vida. Siempre habrá un nuevo comienzo, solo que muchas veces el volver a comenzar se adelanta en el tiempo más de lo que hubiésemos querido.
Entonces les dejo más interrogantes que cada uno de ustedes podrá responder.
¿Si me vuelvo a arriesgar? y ¿si lo logro?
Carrizo María Laura
Lic. en Administración
Especialista en Docencia Universitaria en Ciencias Económicas