Los abusos sexuales cometidos contra niñas y niños generan gran conmoción y repudio en la opinión pública. Más aún cuando provienen de familiares o personas cercanas encargadas de la guarda o custodia de las inocentes criaturas.
Telesol Diario entrevistó al fiscal Coordinador de la UFI Anivi, Raúl Iglesias, quien contó cómo trabajan junto al resto de los fiscales, la cantidad de denuncias que reciben y el sentimiento que les genera estar frente a una persona que abusó de un menor y cuyo delito fue comprobado.
A partir del 26 de febrero, fecha en la que empezó a regir el Sistema Acusatorio en San Juan, Iglesias contó que han tramitado más de 500 causas. “Muchos de esos legajos se han sobreseído, archivado, desestimado, etc. Hay mucha depuración, pero lo que nos ha impactado y que resulta un cúmulo alto en 8 o 9 meses es que hubo unas 110 condenas”, dijo el Fiscal.
Según el funcionario se trata de un número que conlleva una tramitación muy diligente de parte de todos los fiscales que intervienen en las investigaciones. “Un nuevo sistema al que teníamos que acostumbrarnos con una complejidad elevada. No son sólo causas de denuncias contra mayores, sino que también hay que referirse a los tiempos de las niñas y niños. Que no son los mismos que los adultos. A veces los niños en la Cámara Gesell no quieren hablar, la capacidad reflexiva de un menor es distinta”, señaló.
Las audiencias pueden ser por distintos motivos: revisión de medidas, sobreseimientos. “Por ahí se nos juntan audiencias, pero tenemos una tramitación diligente inmediata y un abordaje total de las denuncias que nos llegan. No existen retrasos en los legajos. Y al ser un sistema oral, toda cuestión que surja tiene que tratarse en la audiencia”, indicó.
La directiva de la Fiscalía General es que ninguna causa se demore, ya que un retraso implica no poder darle solución a la víctima. “Cualquier causa que se demora es una niña o niño que no tiene respuesta. En este tipo de casos muchas veces están inmersos en una conflictiva familiar con cuestiones de abusos tapados por esos mismos familiares. Cuando los pequeños se atreven a hablar, nosotros tratamos de ir con todas las armas posibles para proteger ese relato, algo que no es fácil”, dijo.
Por lo que manifestó Iglesias son alrededor de 110 condenas, con una sola absolución, entre las que hay juicios abreviados y juicios comunes. En total trabajan seis fiscales, de los cuales cada uno lleva unos 40 o 50 legajos aproximadamente. “Muchos están en juicio, acusaciones presentadas, tramitaciones pidiendo alguna formalización o sobreseimiento. En esta semana entraron varias denuncias, unas cuatro o cinco por día”, señaló.

En relación a los sobreseimientos, es decir cuando se determina que el presunto abusador finalmente no lo era, según Iglesias pueden ser varias las cuestiones que definen esa resolución. “Es muy diversa la situación. Siempre son denuncias que son investigadas y lo primero que hacemos es escuchar a la niña o niño. Esto a veces lleva su tiempo. Es un derecho que ellos tienen y hay que hacerlo valer. Pero puede pasar que en la denuncia dijo que le tocó la cola y en la Cámara Gesell que en realidad fue el brazo. También puede haber fallecido el imputado, o porque el hecho no constituyó un delito o que no se pueden incorporar nuevos elementos de prueba para llevar la causa a acusación. Son todos elementos para el sobreseimiento”, agregó.
Un tema que genera mucho repudio en toda la sociedad es cuando el ataque proviene de un familiar, sobre todo si es directo. Al respecto, el Fiscal coordinador aseguró que no llevan una estadística sobre los casos que se producen en el seno familiar o fuera de ellos, pero sí dio una estimación. “No llevamos una estadística precisa, pero sí puedo decir que son notables y evidentes la cantidad de causas que en su mayoría son cometidas en el seno interno de la familia”.

Para un funcionario judicial que día a día convive con estos casos los sentimientos son encontrados. Además de la investigación penal que realizan, hay que recordar que son personas que en algún momento pueden ver afectadas sus emociones ante terribles situaciones de abuso.
“Por un lado hay que ser profesional y tener una cabeza objetiva, ya que es un principio del Ministerio Público Fiscal la objetividad en las investigaciones. Pero a la vez cuando uno tiene los elementos de prueba y puede comprobar el abuso cometido contra una niña o niño, sabe que pudo aportar un granito de arena a estas criaturitas que no tienen otra manera de defenderse. Llevar la causa a juicio, lograr probar lo que investigamos con objetividad y cuando se da una condena desde lo profesional es un éxito. Y en lo personal siento que apoyamos y ayudamos. Las víctimas lo van a llevar de por vida. Uno no puede devolverles esa parte del alma que se les ha quitado, pero si puede decirles que algo se hizo por ellos”, cerró.
Si conocés alguna niña o niño víctima de abuso sexual podés denunciar de inmediato en la Unidad Fiscal de Investigaciones ANIVI, Avenida Córdoba 456 (este) – Capital. Teléfono: 427 5493.
Fuente:https://telesoldiario.com