El precio a pagar era muy alto, pero las expectativas también. Celso Pacheco tuvo que empeñar la escritura de su casa para conseguir el dinero. El trato que había hecho con la “mafia de coyotes” era de 100.000 quetzales (unos 13.000 dólares) por el traslado desde Ciudad de Guatemala a Houston, en Texas. Allí buscaría la forma de recuperar lo invertido y ayudar a su esposa, que esperaba en casa con sus tres hijos. La tragedia de Chiapas, en el sur de México, truncó esta semana su sueño y el de otros 150 migrantes que apostaron todo lo que tenían por la oportunidad de llegar a Estados Unidos. Ahora lo ha perdido todo, hasta las ganas de llegar al país del norte. “Lo importante es estar vivo”, dice Pacheco, uno de los supervivientes del accidente que dejó el jueves 55 muertos y 107 heridos.
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Fuente:elpais.com/