Antes de que el bloque de apartamentos de Guan Zejun fuera cerrado el 27 de marzo, compró suficientes fideos y pan para una semana. Pensó que si se le acababa, siempre podría ordenar. Después de todo, esto era Shanghái.
Poco después, sin embargo, las autoridades bloquearon toda la ciudad de 26 millones de habitantes en un intento por contener el peor brote de coronavirus en China desde que comenzó la pandemia.
El viernes, el Sr. Guan, un programador de 31 años, publicó una foto en la plataforma de redes sociales Weibo de su caja de suministros casi vacía y pidió ayuda al gobierno.
Dijo que la última vez que recibió una entrega de comestibles de las autoridades locales fue hace una semana. Contenía una docena de huevos, algunas coles y zanahorias, algunos kits de pruebas rápidas y algo de medicina tradicional china.
“Estoy acostumbrado a la sensación de tener hambre ahora”, dijo el Sr. Guan en una entrevista. “Nunca esperé que en el siglo XXI, en una gran ciudad como Shanghái, viviría lo que vivió la generación de mis abuelos, de no poder llenar el estómago”.
Una semana después del cierre de la ciudad más grande de China, muchos residentes, como el Sr. Guan, piden ayuda urgentemente para asegurar los alimentos, ya que las reglas de cuarentena han cerrado las tiendas de comestibles y los restaurantes. Eso ha dejado a las personas dependientes de las entregas del gobierno y los pedidos en línea, los cuales han sido impredecibles. El Sr. Guan dijo que se unió a los vecinos para tratar de pedir loncheras al por mayor, a menudo sin éxito.
Shanghai anunció el viernes un récord diario de más de 21.000 casos nuevos, lo que eleva el total desde el mes pasado a más de 130.000. Para combatir el brote, los funcionarios han introducido severas restricciones de movimiento, de acuerdo con la política de China de tratar de eliminar la transmisión local.
El cierre se anunció apresuradamente y muchos residentes no se abastecieron de suministros de antemano. Las entregas de comestibles en línea todavía están técnicamente disponibles, pero las tiendas se agotan temprano cada mañana, dicen muchos residentes. Las autoridades locales han desplegado equipos de trabajadores del vecindario para distribuir alimentos, pero los residentes dicen que las entregas son esporádicas o se retrasan.
En ocasiones, la administración del confinamiento ha sido caótica, lo que ha causado un problema político potencial para el gobierno, y muchos residentes han recurrido a las redes sociales desesperados.
No está claro cuán generalizada es la escasez de alimentos y parece variar según el distrito. Las dificultades han trascendido clases y nacionalidades en Shanghái, que tiene una gran población de expatriados.
Muchos residentes también han informado que no tienen problemas para conseguir alimentos. Pero los funcionarios reconocieron algunos problemas y anunciaron el jueves que levantarían las restricciones en algunos mercados mayoristas y trabajadores de entrega, y reclutarían más voluntarios para acelerar la distribución de comestibles.
Chen Tong, teniente de alcalde de Shanghái, dijo en una conferencia de prensa el jueves que los suministros de alimentos eran suficientes, pero que las empresas de entrega enfrentaban dificultades logísticas debido a las políticas de control de la pandemia.
“Esto ha creado un fenómeno en el que es difícil que los suministros básicos lleguen a las puertas de las personas”, dijo Chen, y agregó que los funcionarios estaban haciendo “todos los esfuerzos posibles” para garantizar la entrega.
Fuente:nytimes.com/
