Si una resaca es una pequeña convalecencia, una convalecencia quirúrgica se parece, más que a otra cosa, a una gigantesca resaca. El último regalo que me hizo 2020 fue una operación que me obligó a decirle adiós desde una cama de hospital, y me privó de la oportunidad de felicitar a todos ustedes por haberlo dejado atrás. Volví a casa en los primeros días del nuevo año como si me moviera dentro de una pecera, una sensación de fragilidad misteriosamente acuática, capaz de diluir en apariencia las fronteras de la realidad. Y cuando estaba ya en mi butaca, cansada pero contenta, a salvo y tapada …
Inicia sesión para seguir leyendo
Sólo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS
Fuente:elpais.com/